Díscurso íntegro del Profesor Carlos Simón en el Premio de la Profesionalidad del Rotary Club Valencia Puerto

Por su gran interés, reproducimos íntegro el excelente discurso que el Profesor Carlos Simón pronunció al recoger el Premio a la Profesionalidad otorgado por el Rotary Club Valencia Puerto.

Presidente, estimados miembros de Rotary Club Valencia Puerto, distinguidos invitados. Es para mí un honor y un placer recibir este galardón de tan prestigiosa y noble organización internacional formada por líderes empresariales y profesionales, con el fin magnánimo de prestar servicios humanitarios en sus comunidades, promover elevadas normas de ética en todas las ocupaciones y contribuir a fomentar la buena voluntad y la paz en el mundo.

Todo lo que hoy es técnicamente, médicamente o científicamente posible, hace unos años o en algunos casos tan solo unos meses no lo era, es decir entonces decíamos que era imposible.

Podría poner muchos de los ejemplos que hacen que hoy podamos vivir mejor que antes, pero tal vez podamos apreciar mejor lo que la ciencia hace por nosotros cuando recordamos lo que no ha ido bien. Para mí los más representativos son dos. Cuando tenía 3 años, mi padre murió a sus 29 años por un tumor cerebral que ahora es perfectamente curable y hace 10 años mi madre falleció por una leucemia crónica que posiblemente ahora tendría cura también. Estoy seguro que todos tenemos nuestros propios ejemplos.

La investigación científica es el motor del progreso y del futuro. Este concepto sirve para países, ciudades, pueblos, empresas, universidades e individuos. Los países o empresas que han sorteado con éxito las crisis económicas, sanitarias o de cualquier tipo han sido siempre serán las que más habían invertido y creído en el conocimiento y ciencia.

La investigación científica ha sido responsable de avances en todas las áreas de la sociedad, desde la medicina y la tecnología hasta la agricultura y la conservación del medio ambiente. Estos avances han mejorado nuestra calidad de vida, y prolongado nuestra esperanza de vida que en la actualidad se encuentra en 87 y 84.

La investigación debe llevarse a cabo de manera ética y responsable, teniendo en cuenta consideraciones sociales, ambientales y éticas. Además, por concepto es necesario fomentar su difusión y los resultados deben ser publicados para que puedan ser replicados y beneficiar a toda la sociedad y no solo a unos pocos.

Mi pasión ha sido y sigue siendo innovar creando el conocimiento científico que me permita trasladarlo a la mejora del tratamiento de mis pacientes. Por eso tengo dos conceptos innegociables en mi vida y en mi fundación: 1. la palabra imposible no existe, solo difícil y 2 lo único que permanece es el cambio, hay que aprender a vivir y luchar fuera de nuestra zona de confort.

Mi gran frustración ha sido poder comprobar durante mi tiempo de vida la falta de sensibilidad política y social, al fomento y reconocimiento de la investigación e innovación científica en mi querido país, España. Nada nuevo si recordamos las palabras que Miguel de Unamuno pronunciaba por boca de Román en su ensayo El pórtico del templo, en 1906 «Inventen, pues, ellos y nosotros nos aprovecharemos de sus invenciones. Pues confío y espero en que estarás convencido, como yo lo estoy, de que la luz eléctrica alumbra aquí tan bien como allí donde se inventó» bastante desacertado D. Miguel.

España ha producido tan solo 2 Premios Nobel de Medicina, D Santiago Ramon y Cajal (1906) visionario alienígena por sus trabajos sobre el sistema nervioso y D Severo Ochoa de Albornoz (1959) por sus descubrimientos sobre los ácidos nucleícos que se nacionalizó en USA, 3 años antes de recibir su premio nobel. Universidades como Harvard o Stanford 30 y muchos. En la revolución de internet del siglo XXI, no hay ni un solo personaje del mundo hispano. No hemos producido un sólo Jobs, un Gates, o Zuckerberg y como consecuencia tampoco ningun Apple, Microsoft o Facebook.

Nuestros políticos nunca han entendido el impacto de la educación y la ciencia en la sociedad. Tanto por la cuantía del presupuesto dedicado a ellas como por la inconsistencia en ejecutarlas. En consecuencia, la consideración social de un investigador en España es similar a la de un torero en Londres. Aquí veneramos a los futbolistas, los actores y ahora los influencers.

Necesitamos cambiar esta percepción política y social porque es falsa. El investigador crea valor, mejora nuestro conocimiento y merece reconocimiento social porque es el origen de todo tipo de riqueza originando la creación de valor humano y económico que al final impactan la vida y la salud de todos nosotros.

Tenemos que crear una cultura de la innovación y de veneración por los innovadores. Porque para tener éxito hay que amar el fracaso. Toda innovación es el resultado de una larga cadena de fracasos. La bombilla eléctrica que tan indiferente dejaba a nuestro Unamuno obsesionó a Thomas Edison lo suficiente como para realizar mil prototipos antes de obtener uno viable. El primer vuelo de los hermanos Wright llegó tras 163 fallos y saben cuántas transferencias embrionarias tuvo que realizar mi Profesor Sir Robert Edwards premio nobel de Medicina en 2010 para que naciera el primer bebe probeta Louis Brown? Es decir a cuantas pacientes tuvo que transferir embriones antes de tener el primer éxito, a 132 pacientes.

En la actualidad han nacido más de 7 millones de criaturas utilizando las técnicas de RA que de otra manera no hubieran sido concebidas y el porcentaje de nacimientos por estas técnicas en países Europeos oscila del 2% de España al 5% de Holanda.

El conocimiento mejora a las personas y a los pueblos, la ciencia crea riqueza material e intangible, puestos de trabajo de alta calidad, orgullo a los ciudadanos e independencia de todo tipo no solo a los países sino a los individuos que tienen esta visión.

Al final entendí que lo que debía hacer es aportar mi personal grano de arena Dando de mi antes de pensar en mi. Tras formarme como universitario, médico y especialista en ginecología y obstetricia, salí de mi país para poder aprender de los mejores científicos volviendo a España como un clínico investigador, en el que los problemas médicos de mis pacientes son mi fuente de inspiración y la ciencia el método para resolverlos.

Con este paradigma he participado en la creación de una institucion clínica para el tratamiento de las parejas infértiles como es el IVI, Una compañía de biotecnología cuyo objetivo es mejorar los resultados clínicos mediante la medicina personalizada basada en la ciencia Igenomix considerada en el mundo empresarial como un unicornio, he enseñado en la Universidad de Stanford (Ca) y continuo enseñando en Harvard y la Universidad de Valencia. CLINICA, DOCENCIA E INVESTIGACION un trípode mágico.

Ahora con todo lo aprendido he creado mi propia fundación tomando lo mejor de la Universidad y de la Compañía de Biotecnologia para ser más eficiente, ágil y apoyar a los investigadores y clínicos para que abran sus horizontes y persigan sus sueños como yo he hecho, pudiendo continuar sus descubrimientos como directores científicos de compañías que trasladen sus descubrimientos a la mejora de la práctica clínica “from bench to bedside”

Me encuentro en un momento de mi vida donde no solo sé lo que quiero hacer, sino que se cómo hacerlo, me lo puedo pagar y quiero que sea mi legado de conocimiento y riqueza en mi ciudad para las siguientes generaciones. Aportar mi humilde gota de agua a nuestra desértica promoción de la investigación en España.

Lo que es imposible hoy será posible mañana.

Muchas gracias por su atención.

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